MONASTERIOS
Monasterio de
Clarisas de Marchena
La vida contemplativa es de amor e intimidad con el Verbo, y la clausura aparece con un atractivo sin igual: lugar de perfección, gracia y santidad, disponibilidad absoluta para todo lo del Padre, lugar de acogida de Cristo en la fe y en el silencio de la adoración, unicidad del amor sin interferencias indebidas de personas o de cosas.
El Monasterio de la Purísima Concepción (Santa María), fue fundado por Rodrigo Ponce de León -IV Duque de Arcos- y su esposa Ana de Aragón y Sandoval, a Instancias de Sor María de la Antigua, el día 4 de marzo de 1624.
Se encuentra situado junto a la Iglesia de Santa María de la Mota, en Marchena, dentro del recinto de lo que fue Palacio de los Duques de Arcos, donde se ubicó en 1631 tras varios traslados desde su fundación.
Al convento se accede a través de un vano con espadaña, coronado por un paño de azulejos sevillanos del siglo XVII, relacionados con el taller de azulejos de Andrés de Valladares cuya pintura está relacionada con los modelos de Francisco Pacheco, maestro de Velázquez.
Manos de ángel tienen las monjas para hacer dulces, de ángeles entendidos en repostería, licenciados por el cielo para trabajos tan terrenales. “Ora et labora”, es decir, rezan y trabajan las monjas como antiguamente, pero sus trabajos han cambiado de signo, de las labores de la huerta y los bordados a la repostería y a la atención de la Hospedería.
El trabajo común, si se eleva sobre la rutina y se dulcifica con amor, puede convertirse en artesanía. Y eso hacen las monjas, impregnan con el amor de Dios las tareas y los dulces de cada día.