MONASTERIOS
Concepcionistas Franciscanas de Osuna
Las Concepcionistas, seducidas por el amor Eterno de Dios, viven el Evangelio, según la forma de vida marcada por su fundadora Santa Beatriz de Silva. Se consagran totalmente a Dios, desposándose con Jesucristo, a honra de la Concepción Inmaculada de su Madre, por la profesión de los Consejos evangélicos de obediencia, pobreza, castidad, vividos desde la fe, en comunión fraterna y en oración constante, en disponibilidad y en ocultamiento silencioso.
La fundación del convento de las Madres Concepcionistas de Osuna se remonta a 1566, cuyas obras se prolongaron durante las centurias siguientes dando al conjunto la imagen actual, fruto de las necesidades de la comunidad y del paso del tiempo.
La fachada de su iglesia resulta de gran sobriedad e incluye una pequeña espadaña. Su interior responde a la típica arquitectura conventual de las iglesias denominadas de cajón, con una sola nave en la que destaca el retablo mayor del siglo XVIII con una imagen de la Virgen con el Niño en su hornacina central.
La gran estrella de la repostería de las concepcionistas de Osuna es la elaboración de los afamados bizcochos marroquíes, sin duda uno de los manjares más exquisitos que se puedan comer y una de las joyas de los dulces conventuales. La receta original la trajeron consigo las monjas de la comunidad hermana de Écija que se les unió hace unos años. Su elaboración es muy delicada y precisa de tiempo. Los hacen cada dos días, ya que se deben consumir frescos, recién hechos, para así poder apreciar mejor sus propiedades.
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