MONASTERIOS
Clarisas de Estepa
Esta comunidad vive en total clausura, tiene que ser así para que las moradoras del monasterio cumplan con ese modo de vida libremente elegido. Unas vidas consagradas del todo a Dios, y esta consagración es, en palabras de ellas mismas, la causa de su profunda y constante alegría, no se puede servir a dos señores: o Dios o el mundo.
El trabajar para poder vivir, para poder seguir manteniendo su casa se ha convertido ya en un aspecto más del modo de vida claustral. El monasterio de Estepa comenzó su actividad repostera en 1900, lo que supone un siglo de actividad artesana.
La exclusividad laboral de hacer dulces comienza en el año 1971, para ello intercambiaron recetas con las Jerónimas de Constantina. También recibieron un recetario de 1852 que había sido propiedad de la familia estepeña de Sor Consuelo de Jesús Jiménez.
En todo el monasterio reina un silencio que no entristece, alcontrario, produce, una extraña sensación de paz y sosiego nunca experimentada. A pesar de este estado silencioso, se percibe vida por cada uno de los rincones, todo el monasterio está inundado de vida. Vida que brota a borbotones en cada sonrisa de las monjas.No es una alegría alocada y desbocada es una alegría que nace de dentro, según ellas es la alegría del Espíritu.
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