MONASTERIOS
Benedictinas de Sahagún
El monasterio de Sahagún a lo largo de sus 450 años de trayectoria, rinde culto a Dios por mediación de San Benito y Santa Escolástica. Lo que merece mayor consideración es el relevo de generaciones de monjas que se entregaron y continúan entregándose a la vida contemplativa, encuentro con Dios a través de Cristo siguiendo su consejo “Ve, vende lo que tienes y sígueme”; tal seguimiento se manifiesta en su compromiso con la Iglesia, en la vida en común, fraterna y con un mismo espíritu. Esta contemplación no quiere decir olvido o despreocupación del mundo en que vivimos, sino sincero deseo de llegar a ser testimonio de fe dentro de nuestra sociedad.
Su origen data de 1546 aunque la iglesia. En el año 1000 ya existía la Iglesia de Santa Cruz y fue el titular de dicha Iglesia el que dio nombre al monasterio.
A pesar de las andanadas de las guerras nacionales, de la francesada y otros sucesos, el monasterio pudo subsistir a la desamortización, con añadurías, obras y reformas hasta ofrecer la estampa que hoy presenta, como una especie de cofre de ladrillo y hierro, que guarda tesoros espirituales, humanos, históricos y artísticos.
Tiene diversos aspectos y funciones: es convento, residencia, obrador de repostería, hospedería, iglesia y museo.
El museo se fundó en 1962 con el apoyo del entonces Obispo de León Mon. Almarcha. Está formado por tres salas y la iglesa donde se agrupan más de doscientas obras de arte.
De gran interes cultural, el museo y la capilla del monasterio, con las tumbas de Alfonso VI y sus esposas. Destaca la custodia de plata del siglo XVI, atribuida a Enrique de Arfe y la Virgen Peregrina de la escultora Luisa Roldán.
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