MONASTERIOS
Cistercienses de Santa María de Huerta
Nuestra vida tiene como finalidad la unificación del corazón. Vivimos como cenobitas, es decir, en comunidad, bajo la Regla de San Benito y la dirección de un abad, que hace para nosotros las veces de Cristo en el monasterio. Él es padre, maestro y médico. Nos anima y ayuda, lo cual le resultará más fácil en la medida en que su vida esté bien unida al Maestro.
La comunidad se caracteriza por las diferencias entre sus miembros, hemos sido convocados para esta vocación. No la hemos buscado, desde nuestra fe creemos que es el mismo Señor quien nos ha llamado a vivir esta forma peculiar de vida. No somos amigos sino hermanos en la fe, nos une una finalidad común: seguir a Cristo Jesús en la forma de vida que creemos quiere para nosotros.
El monasterio de Santa María la Real de Huerta es un cenobio cisterciense que se encuentra en la localidad de Santa Maria de Huerta, provincia de Soria. El monasterio se construyó entre los siglos XI Iy XVI.
El refectorio es la obra maestra del monasterio. Se empezó a construir en 1215 a expensas de Martín Nuño de Finojosa, sobrino del abad Finojosa, que fue el primer abad del emplazamiento actual y tambien el primer santo del mismo. Se trata de una gran nave con bóvedas sexpartitas y con bellos ventanales de arco apuntado que proporcionan mucha luz a la estancia
Desde que nacieron como Fundación Contemplare, y una vez sabido sus fines, no solo de venta de productos, sino como ayuda moral y también práctica, para toda forma eclesial, es un enorme apoyo. Queda claro que no somos pequeñas iglesias aisladas tras los muros de un claustro, sino que comunidad, y laicos y laicas de todo el mundo remamos en la misma dirección que es prioritariamente seguir al Maestro y trabajar por implantar su Reino entre nosotros, ya, aquí y ahora, cueste lo que cueste, pues Jesús nos indicó el camino y ya estamos prevenidos y con la mejor compañía posible que es su Espíritu, dejando muy claro que lo que podemos hacer nosotros no nos lo va a resolver él. Hacer esto no es ninguna revolución, ni nuestro espíritu es revolucionario, por ello solo con la guía del evangelio y el contacto con Jesús, tratando de tener la mayor experiencia de él, sabiendo evidentemente que es iniciativa suya, podemos seguir adelante. Esto último es lo más importante, y en lo que todos los seguidores de Jesús debemos empeñarnos, pues no nos olvidemos que ello es lo más difícil, lo más fácil, como bien saben, es hacer y lo más duro el ser. Gracias por todo
Todo lo que Uds. hacen por difundir la vida monástica es una gran ayuda para nosotros, que nunca agradeceremos suficientemente. Sus iniciativas, los colectivos a los que llegan, todo nos ayuda, más en estos momentos difíciles por los que pasa toda la iglesia y que deben ser también de purificación para todos
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