MONASTERIOS
Cistercienses de Vico
Ntra. Sra. de Vico
Por ser monjas cenobitas vivimos en comunidad, dando una relevancia esencial a las relaciones fraternas. La estructuración del tiempo está sabiamente repartido a lo largo de cada jornada, intentando buscar un sano equilibrio físico, psíquico y espiritual, y está configurado en torno a tres valores monásticos básicos: el oficio divino, la lectio divina y el trabajo manual; a una condición evangélica irrenunciable: la vida en común; y a dos necesidades humanas vitales: el comer y el dormir.
En el Monasterio, “escuela del servicio divino”, la jornada transcurre de un modo equilibrado entre la oración y el trabajo:. La “celebración diaria de la alabanza a Dios (Oficio Divino) y la meditación de la Palabra (Lectio divina)” constituyen la dimensión oracional. La Eucaristía se constituye en centro y cumbre de toda la jornada. Así mismo, el trabajo, fundamentalmente manual (decoración de porcelana y repostería) articulan la dimensión laboral, con el que las monjas, siguiendo el precepto de San Benito, se ganan el sustento diario y ayudan a los necesitados.
Concluye la jornada con la Salve Regina, costumbre ancestral en el Císter, que inicia “el gran silencio”, y el descanso.
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Es el trabajo manual una de las esencias identitarias de las monjas cistercienses.
El monasterio, como cualquier casa, tiene una actividad propia que conlleva las tareas de mantenimiento, manutención y limpieza. Esas son ya las primeras tareas de la monja que cuida y limpia sus estancias con mimo y delicadeza para que sus hermanas se encuentren a gusto y queridas en comunidad.
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