MONASTERIOS
Dominicas de Segovia
Santo Domingo el Real de Segovia
Actualmente siete hermanas formamos esta comunidad perteneciente a la Orden de Predicadores. La vida contemplativa dominicana se traduce en una vida sencilla y sincera en el propio corazón, y en el desafío y consuelo de la vida común. Nuestra espiritualidad se cimienta sobre la Palabra de Dios: escuchar la Palabra, contemplar la Palabra y predicar la Palabra, orando por los afanes y sufrimientos de la humanidad, estudiando la palabra y predicando al Dios de la VIDA porque todo es Don y Gracia de Dios.
“Las monjas dejan crecer en ellas la semilla de la Palabra de Dios por la fuerza el Espíritu Santo, y, siéndole dóciles, se transforman interiormente y se configuran más y más con Cristo.”
“El trabajo favorece el equilibrio de la mente y la formación y evolución de la propia personalidad. Es exigido por la pobreza evangélica y sirve también a la caridad.”
Segovia tiene huella dominicana. Extramuros se conserva la Cueva de Santo Domingo, entrañable lugar, evocador de su presencia orante y penitente. En la Navidad de 1218, Domingo en su viaje de Italia a España, instituye en esta capital el primer convento dominicano de frailes en España. Sencillo en los comienzos, llegaría a ser de primer orden, con el nombre de la Santa Cruz.
El documento más antiguo que acredita la fundación de las monjas en la ciudad es un privilegio hecho por Alfonso XI, rey de Castilla y León.
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