MONASTERIOS
Agustinas de San Mateo
Hemos sido llamadas por Cristo a ofrecerle nuestras vidas en una comunidad monástica y agustina. En ella, al compartir nuestra vida con otras hermanas a las que no conocíamos, pero que ahora son nuestras hermanas, descubrimos como la vida de comunidad -uno de los rasgos específicos de nuestro carisma agustino- es una gran riqueza;
El edificio conventual se construyó en terrenos cedidos por la Villa que estaban ocupados por el hospital que tuvo que ser trasladado. La parte trasera del convento abarca en sus muros una de las antiguas torres de las murallas, llamada la torre de las Agustinas que flanqueaba el portal de la Vedella. La congregación ha estado ininterrumpidamente desde la fecha de fundación en el convento, excepto el breve período de la guerra civil en que el convento fue expropiado por la C.N.T. La iglesia empezó a ser construida en 1701 y fue terminada en 1704.
Con el silencio, la paz, el apartamiento, la oración prolongada, la formación y la ascesis, el Espíritu Santo va modelando nuestro espíritu para ver a los hombres, las cosas y los acontecimientos con los ojos de Dios. Al hombre le hace feliz el bien que brota de la verdad y en Cristo la descubrimos
“No salgas fuera de ti; retorna a ti mismo: la verdad habita en el hombre interior” (San Agustín)
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