Oh, Dios que dijiste: “El que se humilla será ensalzado”, vuelve los ojos de tu misericordia a las virtudes que practicó tu fiel siervo Fray Leopoldo y haz que también nosotros vivamos humildes y puros en tu santo servicio.
Concédenos por su intercesión la gracia que te pedimos, si es de tu divino agrado.